REVOLUCIÓN EN EL MUNDO ÁRABE

Mientras tropas 'barren' Damasco, la ONU no acuerda qué hacer con Siria

El Consejo de Seguridad de la ONU fue incapaz de acordar una declaración de condena a Siria por la brutal represión ejercida contra los manifestantes en los últimos días y que ha causado cientos de muertos y heridos. Las tropas 'barren' barrios de Damasco. Y el FMI dice que todo esto es una buena oportunidad.

Las tropas del presidente sirio, Bashar el Assad, entraron durante la noche en un barrio de la capital, mientras sus tanques disparaban en Deraa para aplastar la resistencia en la ciudad meridional, donde comenzó la revuelta contra su gobierno autocrático hace más de un mes.
 
Cientos de soldados de combate llegaron en autobuses blancos al barrio de Duma, en el norte de Damasco, dijo a Reuters un testigo el miércoles. Desde este lugar manifestantes prodemocráticos han tratado de desfilar hacia el centro de la capital en las últimas de semanas, aunque se han encontrado con las balas.
 
Más de 2.000 policías de seguridad se desplegaron en Duma el martes, montando controles y comprobando las tarjetas de identidad para detener a simpatizantes prodemocráticos, dijo un testigo, un ex soldado que no quiso ser identificado.
 
El ex soldado dijo que varias camionetas en las calles estaban equipadas con ametralladoras y miembros de la policía secreta vestidos de paisano llevaban rifles de asalto. Creía que los soldados pertenecían a la guardia republicana, una de las unidades más leales a Asad.
 
Varios diplomáticos dijeron que Assad envió a la Cuarta División Mecanizada, al mando de su hermano Maher, a Deraa el lunes 25/04, donde comenzaron las manifestaciones en demanda de libertades políticas y el fin de la corrupción el pasado 18/03.
 
La familia Asad gobierna Siria desde que el padre de Bashar, el fallecido presidente Hafez el Assad, se hizo con el poder en un golpe de Estado en 1970. El joven Asad mantuvo intacto el sistema político autocrático que heredó en 2000, mientras su familia extendió su control sobre la economía del país, que atraviesa dificultades.
 
Asad ha reforzado los lazos de Siria con Irán, de mayoría chií. Ambos países apoyan a Hezbollah y Hamás, aunque Damasco persigue la paz con Israel. Siria e Israel están técnicamente en guerra, pero la frontera del Golán entre ellos ha estado bastante tranquila desde un alto el fuego en 1974
 
En la ONU
 
"Los sirios necesitan reformas, no represión", dijeron fuentes diplomáticas británicas al término de la reunión del Consejo, a la que asistió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
 
Ban sí condenó enérgicamente el uso de la violencia contra civiles en Siria, así como en Yemen y Libia, al tiempo que pidió su fin inmediato y una solución pacífica para los conflictos en esos países."Condeno totalmente el continuo uso de la violencia contra los manifestantes pacíficos en Siria, particularmente el uso de tanques y fuego de artillería que ha provocado cientos de muertos y heridos", indicó Ban a la prensa tras informar a los miembros del Consejo de Seguridad sobre los últimos acontecimientos en la región.
 
"Hemos decidido reunirnos de nuevo mañana para tratar la situación en Oriente Medio, específicamente en Siria", indicó el embajador de Colombia, Néstor Osorio, cuyo país preside el Consejo de Seguridad en abril. Agregó que los países "no se están apresurando por nada. Mañana seguiremos con nuestras reuniones, recibiremos un informe más sobre la situación en Siria y de ahí veremos cuál será la actitud del Consejo", explicó Osorio, quien aseguró que hay "borradores circulando, pero todavía nada en concreto".
 
El embajador de Alemania, Peter Wittig, señaló a su término que "los acontecimientos inquietantes que están ocurriendo en Siria requieren la atención del Consejo, también por sus posibles repercusiones en la región".

Los países analizaron hoy el proyecto de declaración condenando a Siria por esa violencia que presentaron el lunes Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal, y en el que recuerdan al régimen de Damasco "su obligación de cumplir con la legislación humanitaria internacional y de respetar los derechos humanos, incluida la libertad de prensa y de expresión". 

 
Entre lo más reticentes a esa declaración, que también apoya Estados Unidos, estarían Rusia y China, dos de los miembros permanentes y con derecho de veto que de manera general son reticentes a inmiscuirse en situaciones que consideran asuntos internos de un país.
 
El responsable de la ONU recordó que ha hablado en dos ocasiones con el presidente de Siria, Bachar al Asad, para pedirle el fin de la violencia, y que de ser necesario volverá a hacerlo, para recordarle su obligación de proteger a los civiles y respetar los derechos humanos fundamentales.
 
Desde que en marzo comenzaron las protestas en Siria pidiendo reformas democráticas al Gobierno de Assad, de 45 años y en el poder desde 2000, que heredó a la muerte de su padre Hafez al Asad, han muerto más de 400 personas, según diversas organizaciones humanitarias. 
 
Esas mismas organizaciones defensoras de los derechos humanos son críticas desde hace décadas con la situación de los derechos fundamentales en ese país, con frecuencia acusado de violaciones de esos principios, así como de torturas y encarcelamiento de sus opositores. 
 
Por su parte, el embajador sirio, Elmi Ahmed Duale, rechazó las acusaciones, lamentó que haya habido "algunas víctimas civiles", afirmó que "las manifestaciones pacíficas en Siria está protegidas por el gobierno" y hasta señaló que "Asad considera mártires a todas las víctimas, sean manifestantes o fuerzas de seguridad".

"No tenemos nada que esconder. Lamentamos lo que está ocurriendo", dijo el diplomático, que consideró que su país está capacitado para investigar por sí mismo cualquier situación, en relación a la petición de Ban de que haya una investigación independiente sobre los brutales sucesos.

 
"La situación de Siria es muy, pero que muy seria", subrayó Ban, que también lanzó mensajes similares a las autoridades de Yemen y Libia y señaló concretamente al régimen de Muamar el Gadafi, del que dijo que ha perdido "toda la credibilidad y legitimidad" para proteger a su población y responder a "sus legítimas aspiraciones para conseguir un cambio y dirigir su propio futuro político".
 
Asimismo indicó que su enviado especial a Libia, el ex ministro de Exteriores y actual senador jordano, Abdul Ilah Al Jatib, volverá el próximo viernes al país magrebí.
 
El FMI
 
Según el último informe del Fondo Monetario Internacional, el clima de inestabilidad de la región obliga, por un lado, a tomar medidas contra la inflación y el desempleo, pero también supone una "gran oportunidad" de crecimiento que incluya a todas las capas sociales.
 
Bajo el título "Perspectivas Económicas Regionales", el organismo subraya que las revueltas populares y el alza en los precios globales del petróleo y los alimentos depararán "incertidumbres inusualmente grandes" a la región a corto plazo.
 
Pese a que las revueltas no han detenido, por el momento, el rumbo de crecimiento económico general que experimentó la región en 2010, ese auge no puede mantenerse a no ser que los países "creen empleo para atender la creciente fuerza laboral" y adopten "políticas sociales para los más vulnerables".
 
"Aunque los próximos meses estarán inevitablemente marcados por retos y reveses, existe un ímpetu en la región sobre el que puede apoyarse el cambio", indica el FMI en el informe, de 106 páginas.
 
Los puntos fuertes que allanan el terreno para el crecimiento son "una población joven y dinámica, vastos recursos naturales, un extenso mercado regional, una posición geográfica ventajosa y acceso a mercados clave", según el texto.
 
Aunque cada país debe seguir "su propio camino" a la hora de elaborar las reformas, todos ellos deben responder a una serie de "retos comunes" a la región que permitan no sólo "un crecimiento alto y sostenido", sino uno "que resulte en avances de desarrollo compartidos por toda la sociedad".
 
Esos pasos comunes son la existencia de instituciones gubernamentales "fuertes y transparentes", la "protección social a los vulnerables", la garantía de "acceso a oportunidades económicas" para los ciudadanos y la creación de "suficientes empleos en el sector privado" que absorban la creciente demanda.
 
Asimismo, deberán asegurarse de contar con un entorno macroeconómico estable que proporcione confianza y atraiga las inversiones, ya que su ausencia puede poner a prueba "incluso a los países con instituciones más sólidas".
 
Ese entorno es además clave para hacer frente a amenazas como los desequilibrios fiscales y la deuda crecientes, la inflación y la fuga de capitales, apunta el FMI.
 
Los países exportadores de crudo experimentarán un crecimiento mayor en 2011 y mantendrán su equilibrio fiscal a raya gracias al aumento sostenido del precio del barril, que el organismo proyecta desde los US$ 79 a los US$ 107.
 
Sin contar con Libia, el crecimiento medio de esos países será de un 4,9% en 2011, comparado con un 3,5% en 2010.
 
El Producto Interior Bruto (PIB) de los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, en inglés), por su parte, crecerá un 7,8%, en respuesta a una aceleración de la producción de petróleo para estabilizar el suministro global.
 
Para los países importadores de petróleo, el crecimiento será de un 2,3% y las perspectivas económicas difieren según el país.
 
En el caso de Egipto y Túnez, el crecimiento estará entre 2,5% y 4% por debajo del de 2010 -un 1% y un 1,3%, respectivamente- como resultado de los trastornos a la actividad económica durante las protestas, el declive en el turismo y el menor volumen de inversiones.
 
El Líbano y Pakistán, este último aún afectado por las secuelas de las inundaciones del año pasado, también verán ralentizado su crecimiento, con un 2,5% y un 2,8%.
 
El resto de los países, en cambio, han seguido creciendo a ritmo acelerado, según el FMI, que destaca que Marruecos, Mauritania y Jordania se han beneficiado de los altos precios de los minerales de hierro y los fertilizantes a base de fosfatos.
 
Los potentes paquetes fiscales que han permitido el auge de los subsidios a los alimentos y el petróleo no representarán un gran peso para muchos países, pero otros verán peligrar su nivel de deuda y necesitarán "apoyo de la comunidad internacional", advierte el organismo.
 
Por último, los bancos centrales de la región deberán "prestar mayor atención" a la inflación a la hora de establecer la política monetaria, dado que el alza en los precios de las materias primas y del petróleo están afectando incluso a la inflación subyacente, según el informe.

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