Kirchner vs. Clarín/La Nación por Papel Prensa: 3 miradas en la prensa independiente

¿A qué se le llama 'prensa independiente' en estas circunstancias? A quienes no integran el kirchnerismo ni la sociedad Clarín-La Nación. Es el caso de los diarios La Gaceta, de San Miguel de Tucumán; La Capital, de Rosario (Santa Fe); y La Nueva Provincia, de Bahía Blanca (Buenos Aires).

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El 'caso Papel Prensa' ha aislado aún más a los Kirchner respecto de la prensa tradicional, la que ha sobrevivido a diferentes gobiernos y sus voceros de ocasión. Esto quiere decir que encerró más a los Kirchner en los medios que subvenciona o los del Estado que ellos administran.
Ni La Gaceta, de San Miguel de Tucumán; ni La Nueva Provincia, de Bahía Blanca; ni La Capital, de Rosario, son propiedad de Grupo Clarín (Cimeco, en el interior del país) ni de S.A. La Nación. Tampoco integran el 'universo kirchnerista'. Por lo tanto, pueden considerárseles independientes en este conflicto. Es más: le han comprado papel a Papel Prensa probablemente en inferioridad de condiciones respecto a La Nación y Clarín, de acuerdo a las denuncias gubernamentales; y mucho tendrían para ganar, en ese contexto, con una Papel Prensa con control parlamentario y 'de interés nacional'.
Entonces, ¿Cuál es su visión de los acontecimientos?
Carlos Abrehu en el diario La Gaceta, de San Miguel de Tucumán:
"(...) La política vive días de tensión. El estilo autoritario envuelve el discurso oficialista, aunque se maquille con un barniz democrático. La polémica por Papel Prensa potenció una retórica agresiva que revela el intento del poder político de presionar a los jueces y a los legisladores para que no obstaculicen la intervención estatal en la fabricación del insumo que usan los diarios. Detrás de esa invocación a la protección del interés general, flota el fantasma del manejo político de la distribución del papel, que premia a los amigos y discrimina a los críticos.
La libertad de expresión, que se pretende tutelar con el proyecto de ley del Gobierno, está garantizada por la Constitución y los pactos internacionales. Sólo exige que se la respete sin cortapisas.
El matrimonio K desplegó su batería argumental con la crudeza con que emprende cada operación política.
Cristina Fernández atacó el viernes a quienes pretenden controlar el pensamiento de los argentinos. Algunas circunstancias, sin embargo, hacen pensar que el oficialismo se propone precisamente eso. En efecto,la televisión pública de la Argentina está lejos de replicar el ejemplo de la BBC de Londres, que difundió informaciones estratégicas sobre la invasión a Irak, que irritaron entonces al gobierno del premier laborista Tony Blair.
Aquí, por el contrario,la televisión pública no es más que el apéndice mediático de la Casa Rosada, que no deja fisuras por donde puedan filtrarse interpretaciones divergentes con la palabra K. Es el mismo papel que otrora, con la identificación de Canal 7, desempeñó durante la dictadura militar.
Los malos hábitos perduran, entonces, pese a las retóricas de signo opuesto de las administraciones de turno. Esa persistencia es uno de los tantos déficit de la democracia argentina.
El documento del consejo nacional del PJ tildó de jueces complacientes a aquellos magistrados que objetaron la aplicación integral de la Ley de Servicios Audiovisuales, la pieza soñada por el oficialismo para rediseñar el mapa de medios. Que se termine la dictadura mediática, planteó Néstor Kirchner en otro acto partidario.
En rigor, las definiciones cáusticas del binomio K apuntan a condicionar estrechamente la acción del Poder Judicial. Si sus miembros fallan contradiciendo los intereses políticos de la Casa Rosada, serán acusados de rehenes de las corporaciones.
Los opositores, tampoco, escapan de esa visión conspirativa. Acatar las reglas del derecho es algo de difícil aceptación para los actores de la política, principalmente al Gobierno, que es quien protagoniza los desbordes de poder, por su control y manejo de las palancas de la maquinaria estatal.
Este factor incide centralmente en la dinámica de la política. Con el trasfondo de los homenajes al eminente Alberdi, el juez René Mario Goane trazó un panorama sombrío de la trama institucional de la nación política. La República, hoy, en el Estado argentino, atraviesa una sistemática y grave situación de peligro de extinción y de instauración de un totalitarismo enmascarado, planteó el vocal decano de la Corte Suprema de Justicia, con voz enérgica.
El avance del Poder Ejecutivo sobre las atribuciones y competencias del Congreso y del Poder Judicial configuran situaciones que alcanzan suma gravedad institucional, según el pulcro lenguaje del vocal decano. (...)".

Eugenio Paillet, en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:
"(...) El anfitrión y sus invitados, algunos de los cuales relataron, luego, en corrillos privados, todo o casi todo lo que habían escuchado esa noche, miraron varias de las encuestas que Kirchner encargó, en las últimas jornadas, a sus consultores amigos. O a aquellos que no lo son, pero que venden a muy buen precio sus sondeos a la Casa Rosada. Leyeron lo obvio: Kirchner ganaría las elecciones del año que viene en primera vuelta, si fuesen ahora mismo, con un 45 por ciento de los votos. Entre los distintos cruzamientos que pidió hacer con los probables rivales, el que más se acercó en intención de voto fue Mauricio Macri, con algo más del 20 por ciento. (...)
No son pocos los que comulgan con la realidad que se ha visto estos días: Kirchner ha resuelto dinamitar, y lo más probable que a sabiendas, los pocos pedazos del endeble puente que todavía podían ligarlo a la clase media urbana y rural, de la que necesitará como el agua para un sediento si es que, en verdad, tiene alguna aspiración de, al menos, forzar una segunda vuelta, el año que viene. Y su responsabilidad es extrema y excluyente en el incendio de los varios cajones de Herminio que el oficialismo se encargó de quemar esta semana.
Veamos, apenas, algunos ejemplos.
> La violencia que se apoderó de los actos del kirchnerismo en La Plata, donde asumió Hugo Moyano la conducción del PJ provincial, con total desparpajo y sin decoro alguno hacia el grave estado de salud de Alberto Balestrini, el dirigente al que reemplaza en ese cargo;
> las consignas setentistas y de aprestarse para vaya a saber qué lucha de la Juventud Sindical Peronista que encabeza Facundo Moyano, uno de los hijos del prolífico dirigente camionero;
> el avasallamiento liso y llano contra el millón largo de usuarios del servicio de Fibertel, sólo enmarcado en su guerra a muerte contra el Grupo Clarín, y
> la fallida presentación del informe sesgado y falto a la verdad sobre la historia de Papel Prensa, llevan su firma al pie.
Son, antes que ninguna otra cosa, batallas personales que el santacruceño ha decidido dar contra todo y contra todos, consciente, en el fondo, de sus propias debilidades. En ese universo de gente preocupada por el escenario actual, se encolumnan no pocos funcionarios con despachos en el gobierno y legisladores que habitan el bloque oficialista del Congreso. A ellos les aguardaría el desierto político, y algunos otros males, si osaran contar en público lo que barruntan en las sombras.
(...) es probable que la ruptura entre los Kirchner y aquellos estratos sociales que comenzó a operarse durante la pelea con el campo y se convirtió en testimonio en las urnas, con la derrota electoral de junio del año último, se haya profundizado sin retorno, luego de la ordalía apadrinada por el santacruceño en la semana que termina. (...)
(...) Una de esas encuestas, realizada entre sectores medios y altos de las zonas norte y oeste del Conurbano, asegura que el 57 por ciento de los consultados votaría por Cristina y no por Néstor, si tuviera que decidir sólo entre ellos dos quién debe ser el candidato del Frente Para la Victoria. ¿Disparó Kirchner aquella confesión nocturna también con estos datos en la mano? Difícil saberlo, pero no es improbable, por el énfasis puesto, según quienes lo escucharon, en medio de aquel, hasta ahora, alegre divertimento sobre el género del postulante oficial.
La saga de Papel Prensa, que terminó con la desgastante cadena nacional plagada de errores y falsedades manifiestas de la presidenta, ha dejado en el gobierno algunos heridos. Y también funcionarios que han quedado en la mira.
¿Quiénes? En despachos del gabinete, aunque resulte una asombrosa paradoja, le apuntan ahora a Guillermo Moreno y al canciller Héctor Timerman. La representante estatal en aquella empresa, Beatriz Paglieri, quien debió soportar que Cristina le deformara el apellido cuantas veces la nombró en el Salón del Bicentenario, cayó en la volteada. (...)".

Daniel Leñini entrevistó a Patricia Bullrich para La Capital, de Rosario, acerca de Montoneros en los días de David Graiver:
"(...) Patricia Bullrich fue militante en aquella época, un valuarte de la JP. Pero a diferencia de los actores en pie que registran un pasado en la Tendencia, la Piba no se encuentra en nada atraída por el kirchnerismo. Más bien, lo repele y combate desde las filas de la Coalición Cívica que orienta su jefa, Elisa Carrió.
La diputada nacional pasó ayer por Rosario, a pocas horas de haber pedido la renuncia del canciller Héctor Timerman y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, "por haber expuesto al país a una verdadera mentira".
 
"Construyeron un informe que bajo dos testimonios de los protagonistas se ha derrumbado en menos de 48 horas", apuntó a La Capital.

—¿Hubo un error de cálculo del gobierno que explica que la denuncia no haya logrado la adhesión o el impacto que perseguía?
—Es que es una falsa denuncia. Si una Presidenta ejerce una denuncia en base a datos no corroborados, que al día siguiente los protagonistas desmienten, hay no solo una tergiversación de los hechos sino que se desnuda el intento de destrucción de grupos de medios, de la anulación de la libertad de expresión y la captura del papel como recurso estratégico. Así como la publicidad oficial es un recurso para intentar controlar a los medios, el manejo del papel también lo es. Pero todo se enmarca en una especie de obsesión fatal que siente el matrimonio Kirchner por el control de la prensa.
—El gobierno, tras a la denuncia, envió el proyecto de ley para declarar de interés público la fabricación de pasta para papel, que puede lograr la adhesión de los aliados ocasionales de centroizquierda. Si se aprueba, ¿habrá reales perjuicios sobre la prensa libre o es una exageración?
—Vamos a ver si se aprueba. Es muy importante que todos sean conscientes de que no se discute sobre el papel sino sobre el control del papel. Por otro lado, hay un tema muy importante: la Constitución prohíbe legislar respecto de la libertad de expresión. Si lo que se quiere es que haya competencia, una de las vías es que haya nuevas fábricas, que se le ponga un tope a la venta por parte de plantas líderes, que esté abierta la importación, como ocurre ahora. Pero lo que se debe impedir es que el papel esté en manos del Estado. La idea del monopolio se rompe con otras herramientas, como darle créditos a otras empresas. Lo que existe es la obsesión del gobierno por destruir un grupo de medios. Por suerte, los pusieron al frente de la operación a Moreno y a Timerman y de la tragedia se pasó rápidamente a una comedia, ya que bastaron pocas horas para que se refleje que era una farsa mal hecha.
—¿Por qué Néstor Kirchner pasó del romance con Clarín, los cinco años que fue presidente, al enfrentamiento?
—No entiende lo que significa la prensa. Durante los primeros años convivió con los diarios aunque a La Nación le pegó desde arranque. Pero en el conflicto con el campo, pretendió que se escondiese, que no se muestre a los miles de productores que estaban en las rutas. Cuando la prensa ilumina ese conflicto, Kirchner les pide a los canales que no vayan a los cruces, y solicitarle a un medio que no esté donde ocurre la noticia es pedirle que no sea medio. Si uno mira los medios oficialistas se da cuenta que dicen lo que el gobierno quiere. Tanto es así que ayer Aníbal Fernández dijo: "Yo soy el productor de 6, 7, 8". A confesión de partes, relevo de pruebas. Si él es el productor de "6, 7, 8", ¿cuál era la aspiración?: ser productor de Clarín, producir la tapa de Clarín todos los días desde un gobierno que tiene la teoría que la tapa de Clarín te hace ganar o perder una elección. Los que creemos que lo determina la ciudadanía sabemos que tendremos tapas de Clarín, La Capital, La Nación a favor y en contra, según cómo hagamos las cosas.
—Hasta desde un punto de vista revisionista la presentación tuvo efectos no deseados. Porque trajo el recuerdo de Montoneros pero exponiéndolos como apretadores de banqueros a quienes le habían confiado la plata.
—A la gente que participó activamente en la JP, que sufrió persecución como yo que me tuve que exiliar, ahora enterarse de que los Montoneros terminaban haciendo negocios con Graiver y compraban una empresa como Papel Prensa, es como que los ideales se terminan yendo a cualquier lado. Uno dice: pero en ese momento muchísima gente moría, muchísimos sufrían por falta de recursos aunque sea para mudarse o comprarse un pasaje para escapar. ¿Y? Y ellos le habían dado la plata a los Graiver.
—¿Por qué focaliza sobre Timerman y Moreno?
—Moreno patoteando entró muchas veces a Papel Prensa, la presidenta lo felicitó por haber armado el informe. Y Timerman se convirtió en una especie de gladiador en contra del periodismo, poniendo como principal tarea del país la batalla contra Papel Prensa. No puede un canciller ir a Estados Unidos a decir que tiene un informe impresionante que va a a cambiar la historia, invitando a los embajadores a decirles una mentira. ¿Cómo quedamos? Miren los editoriales que han publicado el viernes los principales diarios del mundo. El País, de España, señaló que es una vergüenza que en la Argentina se vaya a un camino autoritario en relación a la prensa. Esta es la imagen que el canciller nos está dando."

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