Consejo a Cristina: Invitar a Krugman a la Casa Rosada

El Ejecutivo Nacional prepara un proyecto de reforma a la Carta Orgánica del Banco Central para incrementar el apoyo a iniciativas de empresas y así bajar el desempleo. El diputado nacional Héctor Recalde es el nexo entre Hugo Moyano y Mercedes Marcó del Pont. Debe recordarse que, durante las Jornadas Monetarias y Cambiarias del BCRA, Cristina de Kirchner dijo que debía replantearse el rol del Banco Central. Para muchos, es el anticipo de una gran inflación. Sin embargo, según economistas locales, el enfoque termina pareciéndose al que le propone Paul Krugman a Barack Obama.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). "Sin empleo no hay recuperación" es un concepto tan válido en la Argentina como en USA o en España. La cuestión es cómo se intentará alcanzar la meta.
"Es impresionante la coincidencia entre lo que estamos planteando y lo que propician economistas como Paul Krugman", opinó uno de los más 'cristinistas' de la agrupación La Cámpora.
Es más: mencionó el interés de algunos de esos jóvenes en conseguir la visita de Paul Krugman para brindar algunas conferencias, en la seguridad de que le daría "un vuelco al pensamiento de mucha gente".
Krugman ya visitó la Argentina años atrás, cuando aparecía un debate cambiario intenso. Krugman no coincidía con el enfoque de la convertibilidad.
Sin embargo, cuando los Kirchner llegaron al poder parecieron interesarse por el discurso del economista Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001.
Sin embargo, ahora el interés es por Krugman, premio Nobel de Economía 2008.
¿Qué es lo que tanto entusiasma a esos sectores juveniles del kirchnerismo?
Según Krugman, en 2010, al igual que en 1938, la economía estadounidense ha sido destrozada por una crisis financiera. Las políticas de la Casa Blanca han limitado los daños, pero fueron muy cautas y el desempleo se mantuvo alto. Se necesitan más acciones, pero el público no apoya al Gobierno y parece dispuesto a inflingir a los demócratas una severa derrota en las elecciones. Ocurrió en 1938 y puede repetirse en 2010 en USA (¿y 2011 en la Argentina?).
Krugman traza un paralelismo en su último artículo en The New York Times entre ambos momentos históricos para recordar que la 2da. Guerra Mundial fue el verdadero revulsivo que sacó a USA de la crisis, y que el endeudamiento que supuso la guerra entonces fue mucho mayor del que sería necesario ahora.
¿Krugman está planteando la necesidad de una 3ra. Guerra Mundial? Por ahora, no.
El problema es que, según él, hay que impedir repetir los errores de 1937, cuando el entonces presidente Franklin Delano Roosevelt retiró sus estímulos fiscales demasiado pronto.
El problema, para Krugman, es que Obama ya ha creado unos programas de estímulo escasos y muy breves, que apenas han ayudado al desempleo y que ahora mismo están desapareciendo.
Según su punto de vista, la historia de 1937 se está repitiendo. Roosevelt hizo caso a quienes le pedían que recortara el déficit fiscal (hoy día sería la expansión monetaria) cuando la sociedad estadounidense se volvió en contra de las medidas expansivas del New Deal y pedía austeridad.
De hecho, el economista cita una encuesta de Gallup de 1938 en la que el 63% de los encuestados se oponía a mayores estímulos fiscales. También 63% de las personas pensaba que había que recortar los impuestos antes que incrementar el gasto.
Las elecciones de 1938 fueron un desastre para los demócratas, recuerda Krugman, ya que perdieron 70 asientos en la Cámara de Representantes y 7 en el Senado.
Y entonces llegó la 2da. Guerra, que disparó el déficit y el gasto público hasta niveles que nunca se habrían aprobado, asegura el Nobel.
El gobierno se endeudó por aproximadamente el doble del valor de su PIB de 1940, lo que según sus cálculos son unos US$ 30 billones actuales.
Krugman recuerda que si alguien hubiera propuesto endeudarse tan sólo por una parte de eso habría recibido las mismas críticas que hoy reciben los que, como él, piden más gasto público.
Según Krugman, el gasto público y el déficit fiscal crearon un 'boom' económico en USA, que fue la base de una prosperidad a largo plazo. De hecho, recuerda Krugman, el total de la deuda (pública y privada) cayó como porcentaje del PIB gracias al crecimiento y a la inflación, que redujo el valor de las deudas contraídas.
Finalmente, tras la guerra, gracias a la situación financiera mejorada del sector privado, la economía fue capaz de crecer con fuerza sin tener que recurrir a más déficits.
Entonces, "la lección que nos enseña la historia es clara", según Krugman: "cuando la economía está claramente deprimida, las reglas habituales no funcionan y la austeridad es contraproducente. Cuando todo el mundo intenta pagar sus deuda al mismo tiempo, el resultado es depresión y deflación, por lo que el problema de la deuda se agrava".
El concepto es melodía en los oidos kirchneristas: "gastar es necesario porque una subida temporal del gasto a través del déficit, a una escala suficiente, puede curar los problemas producidos por los excesos pasados. Pero la historia de 1938 nos enseña que es muy difícil aplicar estas recetas, ya que no hubo voluntad política de hacerlo y la resolución de la crisis vino básicamente por accidente".
"Lo queremos ya en el país, ¿cuánto cuesta traerlo?", se desesperan en La Cámpora.

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